Aveces quisiera publicar relatos largos, como los que se quedan sonrojados bajo la contraseña de mi ordenador. En realidad soy muy aficionada a leer esas pequeñas historias del día que se comparten en los blogs mucho más pulcros, los mucho más atendidos que el mío, donde no hay más distracciones que las letras... me gustan en verdad. Me dan ganas de subrayarles, de imprimirlos y pegarlos como hojas últimas de mis cuadernos escolares.
He analizado, que quizá soy mucho más aficionada a esas pequeñas cosas que forman los momentos, que a los momentos mismos. Soy capaz de recordar pequeños detalles, todos y cada uno de ellos para crear un momento. Para generalizar y para ser puntual, sigo siendo críptica y doy demasiadas vueltas.
Pero mis letras han querido salir con muchas más ganas, ya no tienen miedo de ser juzgadas.
Así que me permito limpiar un poco su rededor, para que también los ojos puedan enfocarlas mucho más.
No podrían ser sin colores, aún no. En realidad este post era para dos cosas:
Contar un sueño.
Donde mi habitación en la casa de México, se derrumbaba tras un terremoto, sólo esa habitación, dejaba atrapados a mi niña insegura y a mi amigo fantasma. Todos en casa continuaban en una fiesta, mientras yo le lloraba a mis recuerdos, a mi pasado.
(Los guionistas de mis sueños andan demasiado explícitos, debo aprovechar eso. )Poner Frases "random" de canciones.
-Hoy me despido de tu ausencia
-Hasta aquí llegó el ritual de enfados y canibalismo estúpido.
-Estás campo adentro y no quiero olvidarte.
-no te guardo ningún rencor, que en su tiempo esas tijeras use yo
-But darling you're not thinking straight, Sadly things just happen.... we can't...... explain
(así, en chiquito, para que sean como un último secreto)
Ahora, entonces, regreso a mis letras, a mis sueños y a mi sonrisa no medicada.