lunes, 24 de mayo de 2010

not guilty.

Que complicado se vuelve un momento, en el que al querer vomitar letras y letras, sólo salen suspiros. Suspiros chillones, suspiros sonrientes, silenciosos y arrítmicos...

Me quedé agarrada al picaporte, no se si en señal de bienvenida o de extrema precaución.
(Picaporte es una palabra complicada, de esas que te figuran como a cosquillas, que sin quererlo dan y quitan a la vez, que pasan y se van, que se aglomeran para vaciar, así es. )

Últimamente la palabra "tiempo" ha hecho de las suyas, se da a desear tanto que al pasar quisiera una arrancarla del consciente, gritarle "Ingrata, te amo tanto que debo matarte". Complicada ella, y juntas somos una sandía plástica.

(Cómo son las sandías plásticas? Bellas, antojables, sin final, sin propósito, sin sentido, intensas)

Críptica mi alma gemela, esa que ante ustedes se desparrama en letras.
Sensible la que escribe.
Juzgona la que mira.
Risueña la que habla
Única la que nadie conoce.

Not Guilty.

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